Memorias de Ramsés el Grande – Claire Lalouette

Claire Lalouette, Memorias de Ramsés el Grande, Crítica, Barcelona, 2005

Muchos, si tuvieran que nombrar un faraón del antiguo Egipto, no durarían en mencionar a Tutankamon, aunque su relevancia histórica se reduzca a su pequeña tumba no profanada. Pero seguro que también nombrarían a Ramsés II, uno los monarcas más longevos de la historia  que marcó una época, concretamente del Imperio Nuevo. No es de extrañar que sobre él se hayan escrito, además de numerosas obras historiográficas, multitud de novelas. Precisamente, Memoras de Ramsés el Grande engrosa esta última lista.

Antes de adentrarnos en el contenido del libro, deberíamos dedicar unas palabras sobre la autora, Claire Lalouette. Se trata de una de las egiptólogas más prestigiosas y profesora en la universidad de la Soborna. Estos datos parecen más que suficiente para poder estar seguros de que la novela mantiene un gran rigor histórico.

La novela toma la forma de memorias. Ramsés, en primera persona, nos habla sobre su vida y reinado cuando el tiempo que le queda para reunirse con los dioses es breve. No es nada raro, pues existen otras tantas novelas con este carácter. En este caso, se observa un lenguaje que, como confiesa la autora, trata de emular el modo de expresión egipcio, lo que lleva al uso de frase cortas, cierto ritmo lento y un uso continuado de adjetivos. Como nos indica la autora, la pretensión era realizar una obra en la que pudiera ser verídica la narración. Así, usa un amplio número de fuentes originales para narrar la historia desde el punto de vista del faraón, algo que tampoco es muy complejo, pues si por algo destaco este monarca fue por la multitud de monumentos en donde, no podía ser de otra forma, se grababan las hazañas del mismo. Y debemos recordar que, al estar bajo el punto de vista del emperador, este se considera a sí mismo como un dios.

Básicamente no parece que exista un gran aporte de invención: no existen diálogos ni amplias descripciones. La información se limita, básicamente, a lo que podemos saber por parte de tales fuentes. Destaca, de hecho, el amplio detalle de las obras arquitectónicas de Ramsés.

En cualquier caso, lo interesante de esta obra no es solo que podemos conocer el reinado del faraón, sino también que la autora ha sido capaz de introducir a lo largo del relato cuantiosos datos sobre distintas cuestiones, especialmente religiosas (dioses, ceremonias, mitos) administrativas, históricas, económicas y sociales, familiares, políticas. No solo se queda en la tierra egipcia, ya que aprovechando el dominio egipcio sobre la flanja sirio-palestina, se puede observar la situación del próximo oriente a través de las relaciones diplomáticas. Incluso existen menciones al mundo micénico. 

Completa la obra un índice onomástico, así como un glosario de personajes y términos. De igual manera, no podemos dejar de mencionar que una multitud de notas nos aclara diversas cuestiones a lo largo de la obra.

Una gran obra que aporta mucho al lector, pese a la brevedad de la misma.

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