Marketing político (El vicio del poder, Mckay, 2018)

Este fragmento pertenece a la película El vicio del poder. Trata acerca del vicepresidente Dick Cheney, quien estuvo en el cargo durante la presidencia de George Bush. A diferencia del resto de vicepresidentes, que apenas tuvieron poder, Dick Cheney consiguió básicamente manejar la política del país, al mismo tiempo que no debía responder ante ningún otro poder. Más allá de recomendar la película en su conjunto, en el fragmento que se propone visionar podemos observar cómo funciona la propaganda política. Por medio de esta, los poderosos hacen que los ciudadanos apoyen medidas que van en contra de sí mismos y que favorecen a la élite económica.

Si la gran burguesía durante el siglo XIX había tenido que establecer el sufragio censitario al temer que la mayoría de los ciudadanos pobres votarían de acuerdo a intereses de clase, Napoleón III descubrió que por medio de la propaganda se podía manejar bastante bien a las masas. De ahí que el sufragio universal y, por tanto, las “democracias” avanzaran en Europa. Las riendas del mundo las seguían teniendo los mismos de siempre.

Sea como fuere, en el fragmento observamos dos buenos ejemplos de cómo se puede manipular a la ciudadanía, en este caso por medio de la manipulación del lenguaje y, cómo decía el gran creador de la moderna propaganda, el nazi Goebbels, repitiendo hasta la saciedad la mentira.

El primer ejemplo es la eliminación del impuesto de sucesiones. Como es sabido, Estados Unidos es un país en el que se pagan pocos impuestos si los comparamos con los europeos. También es cierto que aquel país da pocos servicios públicos, que precisamente es para lo que se deberían pagar los impuestos. No obstante, como es de prever, son los más ricos los que mayor cantidad de estos deben pagar, pero se ha tendido siempre a bajárselos (como hoy en día está ocurriendo en otros tantos países), aunque siempre bajo la idea de que la reducción beneficia a todos. En el caso del impuesto de sucesiones, solo lo pagan las grandes fortunas. Se trata de una forma de redistribuir la riqueza. Así que difícilmente los ciudadanos que no lo pagaban podrían apoyar la abolición de un impuesto que solo afectaba a una minoría rica y beneficiaba al conjunto de ciudadanos. Como se observa en el estudio “de mercado” que se hace, la propuesta no es bien acogida cuando se explica que tal tributo solo lo pagan los ricos. Pero tan solo hay que usar una buena dosis de marketing. Por tanto, el impuesto de sucesiones se convierte en el impuesto a la muerte, que se repite continuamente como un mantra. La idea es clara: el Estado exprime tanto al contribuyente que, incluso el día de su muerte, le cobrarán también. No hay que dar más información ni tampoco hay que hacer que los ciudadanos piensen por sí mismos o se informen adecuadamente, tan solo hay que repetir las conclusiones que los medios de comunicación lanzan. En definitiva, la masa se pone al servicio de los poderosos para servir a los intereses de estos.

El segundo caso es la amenaza del calentamiento global. La gran mayoría de los científicos concluyen que la Tierra está aumentado su temperatura y la causa es, evidentemente, el hombre. La única solución pasa por establecer medidas para acabar con la contaminación, pero ello afecta a los intereses económicos de esas élites económicas. ¿No pedirían las masas alguna solución para frenar esto cuando la Tierra está en peligro? Posiblemente. Pero de nuevo el marketing entra en el campo de juego. Se le da al fenómeno un nombre más atractivo y no tan perturbador: cambio climático. No suena tan alarmista, incluso uno puede pensar que en su ciudad tendrá un mejor clima en el futuro. Así, se desactiva cualquier protesta e incluso se derogaron leyes que luchaban contra el calentamiento global.

Propuesta
  1. Antes de visionar el fragmento, se puede preguntar a los alumnos sobre ambos temas: ¿Qué pensáis de eliminar el impuesto de sucesiones que solo pagan los ricos? ¿Creéis que habría que tomar alguna medida contra el calentamiento global?

  2. Posteriormente se visiona el fragmento. Los alumnos deben explicar tras ello qué es lo que sucede. En concreto, deben responder a la pregunta: ¿Qué se ha hecho para manipular a los ciudadanos sobre los dos casos antes comentados?

  3. Finalmente, se puede abrir un pequeño debate sobre otras formas en que se nos manipula hoy en día u otros temas en que somos igualmente engañados.

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