Películas sobre la Guerra de la Independencia
La Guerra de Independencia (1808-1814) es un acontecimiento que, desde el mismo origen del cine, ha sido plasmado en diversas películas. Intentaremos agrupar por temáticas las diversas películas, aunque muchas de ellas son historias de amor con el trasfondo de esta guerra.
El conjunto de la guerra y, en concreto, el gobierno de José I, quedó plasmado en la miniserie de seis capítulos titulada Los desastres de la guerra (Mario Camus, España y Francia, 1983), que toma el nombre de los grabados que hizo Goya sobre los horrores de la contienda. Podemos también mencionar la serie Goya (José Ramón Larráz, España, 1885) que a través de seis capítulos se nos muestra la vida del pintor y lo que aconteció en el país entre 1746 y 1728)
La llegada de las tropas francesas en 1807 tras la firma del Tratado de Fontainebleau está plasmada en Luna de sangre (Francisco Roviera Beleta, España, 1951). Lo que continuó es el levantamiento del 2 de mayo, el acontecimiento al que más atención han prestado los directores, así, por antigüedad, El Dos de mayo (José Buchs, España, 1927), producción que contó con gran cantidad de medios para la época y que sobre todo muestra la defensa del Parque de Monteleón en donde los capitanes Daoiz y Velarde se sumaron a la lucha contra el francés. Le sigue El abanderado (Eusebio Fernández Ardavín, España, 1943), con el mismo trasfondo e historia de amor como la otra. Más moderna y muy didáctica es Sangre de mayo (José Luis Garci, España, 2008), que en esta ocasión va desde el motín de Aranjuez hasta el propio 2 de mayo. El mismo acontecimiento y la vida en el Madrid ocupado por los franceses fue motivo también de una serie de televisión de dos temporadas: 2 de mayo: la libertad de una nación (María Cereceda y Gonzalo Baz, España, 2008). Por su parte, La guerrilla (Rafael Gil, Francia y España, 1972) tiene lugar en el año 1808 en las cercanías de Madrid con historia sentimental también, pero con la ausencia de personajes conocidos y episodios concretos. En Llegaron los franceses (León Klimovsky, 1959) una familia de actores se ven envueltos en el levantamiento de las clases populares contra el francés.
La crueldad con la que actúan las tropas francesas está presente en El verdugo (Enrique Gómez Bascuas, España, 1947), que cuenta la historia ficticia de un noble al que los franceses obligan a matar a su familia por ser los cabecillas de la resistencia contra estos. La película comienza en 1940, donde un descendiente de esta familia cuenta lo que aconteció un siglo atrás a un grupo de mujeres que, en su camino a América huyendo de los nazis, se han detenido en Galicia. En el inicio de la surrealista película El fantasma de la libertad de Luis Buñuel (Francia e Italia, 1974), aparece el fusilamiento de varios patriotas por las tropas francesas. Al revés, la muerte de los franceses a manos de los defensores españoles de un pequeño pueblo es lo que se narra en una de las primeras producciones de esta temática: Noche de sangre (Ricardo Baños y Alberto, España, 1911), que ya cuenta con el típico hilo conductor, el amor entre una muchacha española y un oficial francés.
Los sitios de Zaragoza y más bien su heroína, Agustina de Aragón, no podía faltar en la filmoteca. En cine mudo, Los héroes del sitio de Zaragoza (Segundo de Chomón, España, 1903), en donde además de la antes mencionada, también aparecen otros míticos personajes como la condesa de Bureta y el tío Jorge. Un poco más moderna, aunque solo se conservan algunos fragmentos, Agustina de Aragón (Florian Rey, España, 1928). De mediados de siglo XX, y con el mismo nombre, la cinta de Juan de Orduña (España, 1950) con estupendos decorados fidedignos de Zaragoza. Poco conocida, la segunda parte de Sueños de Historia (José Hernández Gan, 1957) transcurre en tal episodio. La cinta titulada Cenizas (Andrzej Wajda, Polonia, 1965), que trata sobre los soldados polacos al servicio del emperador francés, también recoge en algunas escenas el sitio de Zaragoza, así como la batalla de Somosierra.
No menos conocidos son otros hechos como la resistencia a las tropas francesas en el paso del Bruch, que quedan recogidas en las películas El tambor de Bruch (Ignacio F. Iquino, España, 1948) y La leyenda del tambor ( Jorge Grau, España y México, 1981). Más nueva, pero con el mismo argumento, Bruc. El desafío (Daniel Benmayor, España, 2010).
La guerra de guerrillas que los españoles llevaron a cabo está reflejada en multitud de producciones. Podemos destacar, en primer lugar, El guerrillero (José Buchs, España, 1930), que tiene como protagonista a uno de esos jefes del pueblo llano, El Empecinado. En la americana Orgullo y pasión (Stanley Kramer, EE.UU. 1957), que transcurre en 1810, un grupo de guerrilleros cuenta con la ayuda de un oficial inglés. Aventuras de Juan Lucas (Rafael Gil, España, 1949) toma como protagonista a este bandido que acabó por unirse a la guerrilla; se sitúa justo cuando va a tener lugar la batalla de Mengíbar. El tirano de Toledo (Henri Decoin, España-Francia-Italia, 1952) narra cómo las partidas de guerrilleros acaban con el jefe de policía de Toledo que ha impuesto un régimen de terror. El mensaje (Fernando Fernán-Gómez, España, 1953) cuenta cómo un grupo de guerrilleros atraviesa las líneas enemigas para hacer llegar un mensaje a otro grupo. Los guerrilleros (Pedro L. Ramírez, España, 1963) se centra en la llegada de los franceses a Andújar y antes de la batalla de Bailén, no obstante el contexto de la guerra es tan solo una escusa para que manolo Escobar haga uso de sus cuerdas vocales.
En Cádiz tiene lugar Lola la Piconera (Luis Lucía, España, 1951), otra vez una mezcla de acontecimiento histórico, folclore y amores, esta vez protagonizada por Juanita Reina. Por su puesto, en plena dictadura franquista, no se pudo tratar las Cortes de Cádiz, cuestión para la que no hay ninguna producción.
Espionaje, inteligencia y contrainteligencia tampoco falta en este contexto de guerra, como La espía de Castilla (Robert Z. Lonard, EE.UU: 1937) en la que la protagonista debe seducir a un oficial del ejército francés. Por parte francesa, Las aventuras de Gerard (Jerzy Skolimowski, 1970) trata sobre un enviado de Napoleón que debe despistar al enemigo con falsa información.
En ambiente marinero transcurre El capitán fantasma (Primo Zeglio, Italia, 1953), cuyo protagonista, un capitán degradado por la supuesta traición cometida por su padre, se enrola en un barco para buscar al verdadero traidor y limpiar el nombre de su progenitor. Con falsas acusaciones también, El calvario de un héroe (Andrià Gual, 1915), en este caso un sargento acusado de la muerte de un conde al que realmente había intentado ayudar. La misma historia, pues en origen era una obra de teatro titulada El soldado de San Marcial, está plasmada en El cuervo del campamento (Fructuoso Gelabert y José de Togores, 1915) y de nuevo en El 113 (Raphael J. Sevilla y Ernesto Vilches, España, 1935). Por otro lado, Sangre en Castilla (Benito Perojo, España, 1950) narra la historia de un hombre condenado a muerte al que se la da el indulto si se une a la lucha contra los franceses, pero su objetivo real será buscar a los que le traicionaron.
En la retirada del ejército francés, estos sufrieron una derrota en la batalla de Vitoria, escenario en el que transcurre La Soule (Michel Sibra, Francia, 1988). También en este momento trascurre La colina de los pequeños diablos (León Klimovsky, 1964), en donde un grupo de niños quieren recuperar lo saqueado por los franceses.
El famoso héroe americano, el Zorro, hace acto se presencia en 1813 en España para ayudar a los españoles en su lucha contra el francés en la película El Zorro contra el imperio de Napoleón (Franco Montemurro, Italia, 1969). Personaje y escenario se repite en Nuevas aventuras del Zorro (Franco Lo Cascio, España-Italia, 1975). También con dosis de ciencia ficción Promesa rota (Irving Rapper, Estados Unidos, 1959), que trata sobre una novicia que se enamora de un soldado inglés y la Virgen la sustituye.
En el contexto de la Guerra de la Independencia también transcurre, pero más como excusa para una historia de amor y folclore españolista, Carmen la de Ronda (Tulio Demichelli. España, 1959), protagonizada por Sara Montiel y Venta de Vargas (Enrique Cahen Salaberry, España, 1958), cuyo personaje principal está interpretado por Lola Flores.