Post reges exactos: ¿Otra era romana?
En otra entrada habíamos expuesto la existencia de la era conocida como ab Urbe condita (desde la fundación de la Ciudad), la cual, decíamos, aparece en pocos documentos, y por tanto, no era en realidad un sistema de datación como hoy en día lo es nuestra era cristiana. Lo que ahora vamos a comentar es la que se ha propuesto como otra era típicamente romana: post reges exactos o desde la expulsión de los reyes.
De acuerdo con la leyenda romana, después de la fundación de Roma por Rómulo, esta fue gobernada por siete reyes sucesivamente. El último, Tarquinio el Soberbio, fue expulsado en el 509 a.C. En aquel momento, se estableció la República (res publica) y la institución que más la representa: el consulado. Este hecho, de gran importancia —al igual que el de la fundación—, es utilizado en alguna ocasión en las fuentes para datar otros acontecimientos. Así, ha sido normal que se considere la existencia de una era basada en el año de la expulsión de los reyes.
Sin embargo, son muy escasas las referencias a esta supuesta “era”. Aparece tan solo en un epígrafe, acompañada también por la datación ab Urbe condita (CIL VI, 31089), y en algunas referencias de escritores de la República tardía, como Cicerón (Rep. 2.60; Brut. 62) y Varrón (Rust. 1.2.9). De igual modo, Plinio nos indica que Cn. Flavio estableció una inscripción en el templo a la Concordia —que él mismo construyó— que señalaba los años que habían transcurrido desde la inauguración del templo capitolino: post Capitolinam Aedem dedicatam (Plin. HN. 33.19). Como la tradición considera que en el mismo año de la expulsión de la monarquía se inauguró el templo capitolino, no ha sido extraño que se piense que se trataba de un mismo sistema de datación, pero especificando otro acontecimiento simultáneo.
¿Podemos hablar de era cuando los indicios son tan escasos? La respuesta es que no. Al fin y al cabo, también encontramos en varias ocasiones en las fuentes clásicas referencias en las que se nos dice que un hecho ocurrió tantos años después de otro. Es más, en nuestro lenguaje habitual solemos establecer este tipo de vinculaciones: “Se casó dos años después de mi graduación…”, por ejemplo. Sin embargo, nadie hablaría de que tal acontecimiento es una era.
Estas “dataciones” tan solo tienen un carácter simbólico —también la era de la fundación de la Ciudad lo tiene— o, en su caso, pretenden dar una vaga referencia temporal. Así pues, la referencia post Capitolinam Aedem dedicatam no tiene la intención de ser una fórmula alternativa para referirse a la expulsión de los reyes. Lo que se pretendía era únicamente vincular simbólicamente uno y otro templo: el capitolino con el de la Concordia. De igual modo, cuando Cicerón (ver las citas antes expuestas) aparentemente utiliza esta “era”, en realidad se debe a una cuestión práctica. Este hace referencia tanto a la expulsión de los reyes como a post primos consules o después de los primeros cónsules —recordemos que la primera pareja consular fue elegida inmediatamente después de la expulsión de Tarquinio—, pero solo con la intención de dar una referencia a sus lectores para que sitúen en la lista consular a los cónsules que menciona, en concreto a Espurio Tarpeyo y Aulo Aternio, que lo fueron según el orador unos cincuenta y cuatro años después de los primeros cónsules, y Manio Tulio que lo fue diez años después de la expulsión de los reyes.
Por tanto, debemos concluir diciendo que jamás existió una era basada en la expulsión de los reyes de Roma.