SPQR – Mary Beard
Mary Beard, SPQR. Una historia de la Antigua Roma, Crítica, Barcelona, 2016
Antes de comentar SPQR, debemos realizar algún apunte sobre la autora. Los estudios de Mary Beard sobre la historia de Roma tienen siempre un punto de vista social, dando gran trascendencia a las capas sociales que apenas han dejado huella y, lo que es peor, no se les ha dado ningún tipo de atención por parte de los estudiosos. Además, desde esa perspectiva, muchos de sus estudios han venido continuamente a romper con el hieratismo que muchas veces se impone en la Historia, como si se diera por sentado que la primera reconstrucción del pasado fuera siempre acertada. Es por ello que la autora se ha granjeado multitud de críticas.
Así pues, este libro lo podemos considerar como su visión de Roma tras años de estudios. Y como la propia autora avisa en el prólogo, se trata de “su historia” de Roma. Y con ello no quiere decir que aquello sea ciencia ficción, sino que es consciente de que existen diversas interpretaciones sobre numerosos aspectos como, de hecho, pone de manifiesto a lo largo del libro.
La elección del título del libro, SPQR (las famosas siglas de Senatus Populusque Romanorum: “el senado y el pueblo de Roma”), no es casual, puesto que, como hemos dicho, interesada la autora en la sociedad, este título viene a indicarnos que se enfoca, además de la parte de la alta sociedad y la política de Roma (el senatus), también en el Populus. En cuanto a la cronología que abarca, son nada menos que mil años de historia, desde la fundación de Roma hasta el año 212, cuando Caracalla otorgó la ciudadanía romana a todos los habitantes del imperio. Este es el periodo que la autora considera que ese es el espacio de la Roma clásica.
Se trata de una panorámica bastante general, pero algo diferente a las que solemos estar acostumbrados. Pasa muy por encima aspectos ya bastante conocidos y se adentra en otros que suelen ser menos tratados, especialmente los de carácter social. Por ello, no es de extrañar que muchos hayan criticado este libro, ya que no cuenta lo de siempre.
El libro comienza, aunque parezca raro, con Cicerón en la cúspide de su poder (“El mejor momento de Cicerón”, se titula ese primer capítulo) y, como no, con la conjuración de Catilina, es decir, con la Tardorrepública. Esto se debe a que Mary Beard pretende poner de manifiesto que la gran parte de las fuentes escritas con las que se reconstruye ese periodo e incluso el tiempo anterior son precisamente del siglo I a.C., siendo los escritos del propio Cicerón la mayor cantera de información.
Posteriormente, en un segundo capítulo trata sobre los orígenes de Roma, contrastando la información de las fuentes escritas con la cada vez más abultada información arqueológica. El tercero lo dedica a los reyes de Roma, en donde se discierne entre el mito y la realidad. El cuarto (“El gran salto hacia delante de Roma”), a la forma en que la ciudad se convirtió en hegemónica en Italia; y el siguiente (“Un mundo más grande”), a la extensión de Roma por el Mediterráneo. En el sexto vuelve a la Republica Tardía y, como indica el propio título del capítulo, a la “nueva política” que caracterizó este periodo, es decir, a ese momento en el que el funcionamiento del sistema político empieza a ser alterado por el protagonismo, cada vez mayor, de los llamados imperatores, tal y como se expone en siguiente capítulo: “Del imperio a los emperadores”.
Tras estos capítulos, que siguen una cronología política, la autora ha desarrollado un capítulo dedicado a la sociedad y el modo de vida de los romanos, pero especialmente a las luchas dentro de la propia ciudad: “El frente doméstico”.
Los siguientes capítulos los dedica al Alto Imperio. Primero, con las transformaciones que se produjo a todos los niveles con la llegada de Augusto al poder (el capítulo 9). El siguiente capítulo está enfocado en los catorce emperadores que sucedieron a Augusto, es decir, de Tiberio a Cómodo. Tras este capítulo, de nuevo hay uno de carácter social: “los que tienen y los que no tienen”. Así como otro en el que se trata sobre las diversas posesiones del Imperio romano más allá de la ciudad de Roma. El libro acaba con un epílogo titulado: “El primer milenio de Roma”, en donde la autora hace un breve balance del conjunto de la obra y de esos mil años de la historia romana.
En general se trata de un libro que contiene las últimas novedades en la investigación sobre Roma, pero que tiene el ánimo de ser divulgativo, una faceta que la autora siempre ha cosechado con gran habilidad, especialmente en el dinamismo de su escritura, pero manteniendo la rigurosidad académica.