El calendario republicano francés
El año se dividía en doce meses, cada uno de treinta días. A cada mes se le dio un nombre poético, que tenía que ver con las estaciones y las tareas del campo: Vendimiario (del 21 de septiembre al 21 de octubre), Brumario (del 22 de octubre al 20 de noviembre), Frimario (del 21 de noviembre al 20 de diciembre), Nivoso (del 21 de diciembre al 19 de enero), Pluvioso (del 20 de enero al 18 de febrero), Ventoso (del 19 de febrero al 20 de marzo), Germinal (del 21 de marzo al 19 de abril), Floreal (del 20 de abril al 19 de mayo), Pradial (del 20 de mayo al 18 de junio), Mesidor (del 19 de junio al 18 de julio), Termidor (del 19 de julio al 17 de agosto) y Fructidor (del 18 de agosto al 16 de septiembre). Por tanto, de aquí vienen los famosos golpes de Estado de Termidor, que puso fin al terror, y el de Brumario que dio el consulado a Napoleón.
Si cada mes tenía treinta días, daba una suma al año de 360. Es por ello que se completaba el año con cinco días sueltos, que se ponían al final de éste, o seis días, si se trataba de un bisiesto. Estos días complementarios, también conocidos como Sans culottides, los cuales eran días festivos, eran: Virtud (Fête de la Vertu), Genio (Fête du Génie), Trabajo (Fête du Travail), Opinión (Fête de l’Opinion), Recompensas (Fête des Récompenses). Correspondían con los días del 17 al 21 de septiembre. Cada cuatro años, correspondiendo con el año bisiesto, se añadía después del día de Recompensas, el día de la Gran fiesta de la Revolución (Fête de la Révolution).
Por otra parte, cada mes de treinta días se dividió en periodos de diez días, a modo de semanas, el cual recibió el nombre de década, lo que recuerda, en parte, al antiguo calendario egipcio. Cada día de la década recibía un nombre ordinal: primidí, duodí, tridí, quaterdí, sextidí, septidí, octidí, novidí, decadí. Éste ultimo día era fiesta, emulando al antiguo domingo. Además, como se suprimieron los santos eclesiásticos, a cada día del año se lo vinculó con un animal, planta, especia o planta.
El calendario estuvo en vigor poco tiempo, del 22 de septiembre de 1792 al 1 de enero de 1806. Pese a ello, su uso fue poco corriente, la mayor parte del común siguieron usando y guiándose por el calendario gregoriano, en especial las décadas fueron poco aceptadas, y la mayor parte del campesinado siguió usando la semana, ya que mediante este sistema se trabajan seis días, y se descansaba uno, y mediante la década, se trabajaban nueve y se descansaba uno, aunque la suma total de fiestas entre el año calendario y gregoriano daba un número similar.