Películas y series sobre política estadounidense
El sistema político estadounidense es la democracia más antigua que existe. Sin embargo, cuando los padres fundadores fijaron este sistema en tal escueta constitución, estos no podían prever que aquel no era ni mucho menos perfecto; sus sucesores tampoco introdujeron ninguna modificación, lo que ha llevado a que en la actualidad se puedan producir extrañas paradojas. Tal es así que numerosas series de televisión y películas tienen la vocación, al mismo tiempo que de entretener, de enseñar a sus conciudadanos el funcionamiento de la maquinaria gubernamental y lo absurdo del sistema en sí.
Entre las primeras que podríamos citar es sin duda alguna el Ala oeste de la casa blanca (1999-2006). A lo largo de sus temporadas podemos encontrar todo tipo de situaciones.
Más fantasiosa es sin duda alguna Scandal (2012-2018). De hecho, en la serie se retuerce en cada temporada todas las situaciones posibles, que por absurdas que parezcan, si se dieran no encontrarían ningún marco normativo: ¿quién sustituye a un presidente en coma? ¿y si despierta y el vicepresidente ya ha jurado el cargo? Los parlamentarios tienen todo el tiempo que deseen para hablar sin que pueda abandonar en ningún momento la tribuna, ¿existe alguna posibilidad de dar tiempo a este de ir al baño? ¿Se pueden manipular las elecciones? ¿Qué pasaría si en la noche electoral los dos candidatos murieran? ¿A quién debería elegir entonces el colegio electoral?
Otra aclamada serie es, sin ningún tipo de dudas, House of Card (2013-2018) Además de mostrarnos las conspiraciones de Washington, lo que contesta esta serie es: ¿se puede llegar a ser presidente del país más poderoso sin presentarse a las elecciones? El despiadado y manipulador matrimonio Underwood nos muestra que es más que posible.
Pero hablando de ser presidente en una democracia sin ser elegido por nadie: Sucesor designado (2016-2019) nos muestra ya en el primer minuto de la primera temporada que un tipo que ocupa una cartera menor en el Gobierno puede llegar a ser presidente si desaparecieran el resto de poderes. Parece una obsesión en el país americano que la presidencia siga existiendo a toda costa, y llama la atención que en series como The Last Ship (2014-2018) o Falling Skies (2011-2015) se busque en el fin de la humanidad mantener a esta institución.
Y qué pasa con los ex presidentes. Pues los productores también han pensado en ello, en este caso de carácter humorístico, Graves (2016-2017) en donde uno de esos ex presidentes, que pasa la vida rememorando tiempos mejores, acaba por arrepentirse de todo lo que hizo en su mandato. Y no solo los ex presidentes, en la miniserie Political Animals (2012) la protagonista es una ex primera dama, que más que ficción el personaje y argumento “parecen” basados en Gilary Clinton.
El vicepresidente de los Estados Unidos apenas tiene gran poder, pero es la lanzadera para convertirse en presidente. Aunque en tono humorístico, las primeras temporadas de Veep (2012-2019) trata sobre la carencia de funciones de este cargo, más allá de convertirse en la persona con más poder en caso de dimisión o fallecimiento del presidente; es el caso este último de Señora presidenta (2005-2006). Aunque el cargo, evidentemente, tampoco es que esté definido, y de hecho en la era Bush el vicepresidente tuvo amplio poder y, además, sin tener que rendir cuentas sobre sus operaciones. Bien nos lo muestra la película El vicio del poder (Adam McKay, EE.UU., 2019).
Madam Secretary (2014-2020), por su parte, trata la política desde el punto de vista de la Secretaría de Estado, así pues se centra sobre todo en la diplomacia americana. Se trata también de un cargo de gran poder, pues de hecho, en la línea de sucesión, tras el vicepresidente y el presidente del Congreso, se encuentra este.
Sobre campañas electorales, que siempre se muestran en las series antes mencionadas, podemos aludir especialmente a películas como Los idus de marzo (George Clooney, EE.UU. 2011) Primary Colors (Mike Nichols, EE.UU., 1998) y, más antigua, El candidato (Jason Reitman, EE.UU. 2018), esta última basada en hechos reales.
Si bien la Casa Blanca no es siempre el principal protagonista, los otros poderes tienen también su cabida. La película Su distinguida señoría (Jonathan Lynn, EE.UU, 1992) protagonizada por Eddie Murphy (1992) es toda una crítica a los votantes y la forma en que se hace política. En el caso de Boss (2011-2012), la trama gira en torno a la alcaldía de la ciudad de Chicago. Y en Good Wife, aunque al final es más una serie de abogados, podemos observar uno de esos cargos electos, extraños a los ojos europeos, como es el de fiscal, pero también los escándalos relacionados con los affects.
Finalmente, podemos citar la serie The politician (2019), un joven aspirante a político. Claramente, la serie es, como otras muchas, una sátira de la política americana.