Novelas sobre el Egipto faraónico
Si el Egipto faraónico sigue hoy en día albergando, con todos sus «misterios», un gran atractivo para muchos apasionados de este mundo, es de esperar que haya sido el escenario de multitud de novelas a lo largo del siglo XX, y aún hoy lo sigue siendo. Y no solo tratan de un Egipto antiguo, sino incluso basadas en los importantes descubrimientos, realizados por algunos arqueólogos decimonónicos, que han pasado a la historia con tanta fama como los propios faraones. Así por ejemplo, entre las novelas acerca de los hallazgos arqueológicos podrían citarse: La herida de la Esfinge, de Terenci Moix; En busca de Tutankamón, de Christian Jacq –sobre de Howard Carter-; El egiptólogo, de Christian Jacq –acerca de Champollion-; Sangre en el Nilo, de Christian Jacq.Y otras tantas que tratan sobre el mundo de la arqueología egipcia: El complot de los faraones, de Philipp Vandemberg; La novela de la momia, de Théophile Gautier; La Esfinge, de Robin Cook. Y del traslado del templo de Abú Simbel, tras la construcción de la presa Nasser ,como fondo: El Escarabajo Verde, de Philippe Vandenberg.
Pero si debemos que destacar una novela basada en el mundo de los faraones, antes de citar otras tantas, sería la de Sinuhé el egipcio, de Mika Waltari, escrita a partir de un papiro real.
Sobre los principales personajes y épocas egipcias hay una abundante narrativa. Comenzando por el periodo en que se construyeron las pirámides, y en muchas ocasiones relacionadas con su propia construcción, cabría destacar: La maldición de Rá, de Naghib Mahfuz; El arquitecto del faraón, de Bernard Simonay; El ojo de Osiris, de Antonio Suárez. Y la saga de José Ignacio Velasco Montes titulada «Tiempo de Pirámides»: El faraón Snefru; El faraón Keops; El Horizonte de Keops.
El periodo entre la XII y XVIII Dinastías queda recogido en la trilogía de Pauline Gedge, titulada «El Señor de las Dos Tierras:» La Ciénaga de los Hipopótamos; El Oasis; El Camino de Horus.
La dinastía XVIII queda bien plasmada en la última novela de Antonio Cabanas: El hijo del desierto, en donde se nos muestra la vida cotidiana de Egipto, al igual que en sus otras dos novelas: El ladrón de tumbas, y La conjura del Faraón. Esta última sobre las conjuras en la propia corte faraónica. Y la lucha entre los faraones y el clero se muestra en el libro de Boleslav Prus: Faraón, publicada en 1897 -que inspiró la película de mismo nombre-.
Y relacionado con las practicas religionas y la mágia, que tanto han apasionado, se podría comentar la trilogía de Wilbur Smith compuesta por: Rio Sagrado; El Séptimo Pariro; El Hechicero.
Dos miembros de la XVIII Dinastía, Nefertiti y Akenatón –y la religión monoteísta-, y su tiempo, también han sido utilizados para novelas como La reina Sol, de Christian Jacq; El amargo don de la belleza, de Terenci Moix; Akhenatón, el rey hereje, de Naghib Mahfuz; El Faraón, de Pauline Gedge; La sombra del faraón, de Santiago Morata; Nefertiti, Reina del Nilo, de Guy Rachet. Y sobre un descendiente de Akenatón, el famoso Tuntankamon: El arpista ciego, de Terenci Moix; La Ciudad de los Muertos, de Anton Gill, Asesinato a las puertas del templo, de Lynda S. Robinson. Y junto con la mencionada Nefertiti, otra de las reinas más conocidas es Hatshepsut, progatonista de la novela de Pauline Gedge: La dama del Nilo. Al igual que la de Paul Doherty: Los Crímenes de Anubis.
Y no solo las reinas han sido las protagonistas, varias novelas nos adentran en el mundo femenino de Egipto: Las egipcias, de Christian Jacq; Amores Faraonicos, de Violaine Vanoyeke; y Rhadopis, la cortesana, de Naghib Mahfuz.
Pero si existe un personaje que ha captado el imaginario de la novela egipcia, éste ha sido Ramses II, de la XIX Dinastía. Christian Jacq tiene una saga titulada precisamente «Ramses», y compuesta por los siguientes títulos: El hijo de la luz; El templo de millones de años; La batalla de Kadesh; La dama de Abu Simbel; Bajo la acacia de Occidente. Y del mismo autor, la trilogía «el juez de Egipto»: La pirámide asesinada; La ley del desierto; La justicia del visir. Y de igual modo, y sin cambiar de época ni de autor la saga «La piedra de la luz»: Nefer el silencioso; La mujer sabia, Paneb el ardiente; Lugar de Verdad. Sobre sus sucesores: La Casa de los Sueños, de Pauline Gedge. Y en tiempos de Ramses III: Conspiración contra Ramses III, de Marie-Ange Fauguéroas.
Y para los momentos en que Egipto está dividido –de las muchas ocasiones en que lo estuvo- existien varias sobre el periodo de los hicsos: La batalla de Tebas, de Naghib Mahfuz ; y Faraón, de Francis Fèvre. Y sobre el nubio Piankhi que saqueo Egipto hacia el 730 a.C.: El Faraón negro, de Christian Jacq.
Sobre la conquista de Egipto por el persa Cambises: El Enigma de Cambises, de Paul Sussman.
En un Egipto ya helenístico podríamos mencionar dos novelas de Violaine Vanoyeke: El secreto del faraón, y El enigma de la egipcia.
Ya en tiempos romanos, y con la reina Cleopatra como protagonista, y sus amores con César y Marco Antonio: Memorias de Cleopatra, de Margaret George; Cleopatra, reina del Nilo, de Michel Peyramaure; No digas que fue un sueño, de Terenci Moix; El sueño de Alejandría, de Terenci Moix, cuya acción transcurre, ésta última, en el día siguiente a la muerte de Cleopatra.
En un Egipto tardoromano, y con la lucha entre el paganismo y el cristianimo, destaca la obra, de nuevo, de Christian Jacq: Por amor a Isis. Y en este contexto no podría faltar las ahora innumerables novelas sobre la vida de Hipatia: La última noche de Hipatia, de Eduardo Vaquerizo; El jardín de Hipatia, de Olalla García; Hypatia y la eternidad, de Ramón Galí.
Otra novela que se podría citar es la de Moisés, el faraón rebelde, de Bernard Simonay, en donde se da una visión distinta del personaje bíblico.