Los fasti
Gran parte de la información para el estudio del calendario reside en los escritores romanos, pero existe otra gran fuente, que completa a estas primeras: son los Fasti, o lo que es lo mismo, el calendario en su forma física. Aunque tan solo unos, los llamado Fasti Antiates Maiores -que se puede ver en la imagen de arriba- encontrados en Antium se conservan de época republicana -fechados en época de Sila-, ya que el resto son posteriores a la reforma del calendario de César. Aunque por otra parte, la reforma de César tampoco cambió el modelo básico del calendario prejuliano, tan solo fue añadida una nueva categoría de información.
La mayor parte de los detalles que proporciona los Fasti son dadas por los autores, pero ver la información ordenada y plasmada en una inscripción da a entender muchos de esos datos y cómo los romanos los usaban.
Los Fasti varían en su tamaño, que podrían llegar a ser de dos metros de altura y cinco y medio de anchura, los cuales son ubicados en las paredes de edificios, normalmente públicos, y en el exterior. La mayor parte de los Fasti estaban realizados en piedra, y las letras esculpidas directamente sobre ella, pero los Fasti Antiates Maiores están pintado sobre yeso blanco, con letras rojas y negras los doce meses del año y el mes intercalar del calendario prejuliano. Las fiestas religiosas más antiguas son anotadas en letras capitales y abreviadas, así como anotaciones de menor tamaño en alguno de los días.
Los meses son dispuestos de izquierda a derecha, en columnas verticales, en las cuales se catalogan los días del mes de arriba abajo. Cada columna contiene varios elementos. En la zona izquierda de cada columna aparecen de arriba abajo letras mayúsculas, la secuencia de la A a la H ordenadas alfabéticamente. La secuencia de estas letras se repite de forma continua desde el 1 de enero, que le corresponde la letra A, hasta el último día de diciembre que le corresponde la C, cuando acaba el año. Estas letras son conocidas como nundinales. Arriba de cada columna, después de la letra nundinal del primer día del mes, aparece la letra K, refiriéndose a kalendae, seguido de la abreviatura del mes que corresponde. De modo similar, en el día que corresponde, escritas en mayúsculas, las nonas y los idus, ya sea de forma completa o de forma abreviada.
Los otros 45 días que recibían nombre, es decir, el nombre de las ceremonias anuales, eran también marcados en el día que correspondía, mediante una abreviatura. Además, cada día del año era marcado por una o dos letras mayusculas: F, N, C, NP, EN. En los días que no tenían nombre, estas letras iban inmediatamente después de la letra nundinal, mientras que los días que reciben nombre iban después de éste, en la zona derecha de la columna. Además, a lo largo de año, son marcados en el calendario, tres días sin nombre con siglas que causan gran duda en su interpretación, dos son marcados con las siglas Q.R.C.F y uno con Q.ST.D.F
Muchos días, incluyendo días con nombre, llevan anotaciones escritas en letras minúsculas. Estas son de tipos diferentes. El más común consiste en el nombre de una divinidad en dativo o a veces en genitivo, de vez en cuando seguido de una referencia a un lugar. A veces cuando estos apuntes se refieren a días que tienen nombre, y por lo tanto ocupan un mayor espacio en la columna, son puestos debajo del nombre, de modo que parecen referirse al día siguiente. Cuando esto pasa, en los Antiates Maiores la relación correcta es indicada por una línea curva que conecta la nota hasta el día correcto. Los días de los grandes juegos son anotados como ludi y los mercados o ferias que seguían a algunos juegos son indicados por la palabra mercatus, o la abreviatura merc o merk. Eran anotados también en el calendario, según se conserva en los Antiates Maiores, el día de la fundación de Roma, 21 de abril, y la derrota del 390 a. C ante los Galos en el rio Allia, el 18 de julio. Aunque en los en Antiates Maiores no son comentados, debido a que es un calendario de tamaño medio, se sabe gracias a Fulvio Nobilior que en los calendarios de gran tamaño se daban una serie de notas y comentarios de algunas ceremonias y ritos.
El número total de días de cada mes era especificado debajo de cada columna. Por otra parte, aunque en los Antiates Maiores no aparezca, en algunos de los fragmentos de otros calendarios que se conservan, aparecen en cada día el número que le corresponde dentro del mes inmediatamente después de la letra nundinal. Pero este caso se da en muy pocas ocasiones, aunque parezca un dato esencial, desde el punto de vista romano al parecer no era fundamental.
La mayor parte de los rasgos hasta ahora comentados aparecen también en el calendario juliano. Pero el calendario prejuliano tiene un elemento que no tiene el juliano, esto es, una decimotercera columna, después del mes de diciembre. Esta columna corresponde al mes intercalar. Ya que es un mes corto, los idus caían el día 13, y aunque la primera parte de la columna no se conserva, contando hacia atrás, las kalendas debieron haber caido en día G. Esto sorprende, ya que cuando se intercala en febrero, entre el 23 o el 24, estos días de febrero corresponde con las letras nundinales D y E, lo que hace que se rompa la secuencia. Pero gracias a este salto en la secuencia, el mes intercalar tiene en su ultimo día la letra nundinal la A, al igual que lo hace el ultimo día de febrero, lo que permite continuar la secuencia como si de un año normal se tratara, puesto que las kalendas de marzo tiene la letra B.
La otra curiosidad es que aparece en el mes intercalar, en los días seis y cinco antes de las kalendas de marzo, en el borde derecho, al lado de la letra nundinal E, una R mayuscula, que debe corresponder con la primera letra de Regifugium, el festival que en los años normales era realizado el 24 de febrero. Lo mismo sucede con la Equirria, que es registrado en el calendario dos veces, una en el mes de febrero y otra en el mes intercalar.
Algunos elementos del calendario son lo suficientemente claros. Las kalendas, nonas e idus, y su empleo, son familiares, y son usados de forma frecuente en los documentos romanos, así como los nombres de muchos de los días, que son usados de forma constante por los autores romanos. Ahora bien, otros elementos deben ser interpretados, como sucede con las letras nundinales, a las cuales no hace referencia directa ningún autor. Estas letras, según se puede deducir a partir de algunas referencias de la literatura latina, se trataba de un ciclo de nueve días, conocido como nundinae, termino que en principio hacia referencia al noveno día, en el cual se celebraba el mercado. Para facilitar la cuenta de este ciclo de nueve días, se introdujo una serie de letras de la A a la H, designando la A siempre el día de mercado. Era tan solo un dispositivo para el cálculo, y no hay evidencias que los romanos utilizaran estas letras para referirse a los días como hoy en día lo podríamos hacer con la semana.
El otro grupo de letras, inmediatamente después de las nundinales, debe ser sometido también a análisis. Se puede reconstruir su significado a partir de varios autores. Estas letras indicaban el carácter de los días. La letra N significaba dies nefasti, que era lo contrario a los dies fasti en los que si estaba permito legislar. En los dies nefasti había también una prohibición de las actividades que caracterizan los días marcados como C, los dies comitiales, días en los que las asambleas de ciudadanos romanos podían ser convocadas para votar leyes, elecciones de magistrados, o sobre el veredicto en ciertos tipos de delitos. Los días marcados como EN, significa endotercisus, es decir, en estos días, por la mañana eran nefasti, realizando un sacrificio, y lo mismo volvía a suceder por la tarde, pero en el tiempo intermedio entre los sacrificios el día era considerado como fasti. Los días marcados como Q.R.C.F, esto solo ocurre dos veces al año, significa Quando Rex Comitiavit Fas. El único rex en la república romana era el rex sacrorum. No se conoce bien lo que esta acción podría implicar, pero se sabe que el día que empezaba como nefastus, pasaba a ser fastus. Algo similar sucede con la anotación Q.ST.D.F., la cual ha sido interpretada por los actuales investigadores como Quando Stercus Delatum Fas. Ese día, que era Nefastus, acababa siendo Fastus. Estos tres días, son conocidos como dies fissi.
Aproximadamente dos terceras partes de los días que tienen nombre, aparecen marcados como NP, pero en realidad se parece a una N con un lazo incompleto en lo alto de la parte derecha de ésta letra. Esto es probablemente una abreviatura conocida como ligadura, en la cual dos letras son combinadas, en este caso una N y un P con forma arcaica. La naturaleza de estos días, señalados con esta abreviatura, debió ser de gran importancia, pero no se ha conservado ninguna definición que permita que conozcamos lo que significaba. Así mismo, tres días con nombre son marcados con las letras FP, de las cuales tampoco se conserva ninguna información que pueda dar luz sobre su significado.