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Tablillas de maldición – Serie Roma

Lo que en nuestros días se llama magia, pero que en el mundo antiguo se integra en la propia esfera religiosa, estaba muy extendida en el conjunto de las civilizaciones de la Antigüedad. En el caso de Roma, las prácticas dañinas —que en la actualidad se engloban bajo el término de magia negra— estuvieron prohibidas desde muy temprano, tal y como se recoge ya en las Doce Tablas. En cualquier caso, uno de los procedimientos para causar daño a una persona era por medio de las tablillas de maldición o defixionum tabellae. En esta escena de la serie Roma, producida por la BBC, se observa en gran medida la forma en que se consumaba la maldición por medio de una de estas.

Estas tablillas eran pequeñas láminas de plomo con forma rectangular. Este material no se escogió al azar, sino por su frialdad y color grisáceo, que se asemejan a las características que presenta un cadáver o un espectro; pero también es blando, como la debilidad o la enfermedad que se busca para el desdichado que sufre la maldición.

En esta lámina se escribía, mediante un estilo de bronce, un clavo —a poder ser de una nave naufragada— o una aguja de bronce sin cabeza, un conjuro, más veces en griego que en latín. A veces eran fórmulas imposibles de entender e incluso la escritura podía estar al revés y tener palabras repetitivas acompañadas de misteriosos símbolos. En cualquier caso, en esta fórmula, y en muchas el texto es bien claro, se solía pedir un mal físico para alguien, aunque rara vez la muerte, al menos de forma inmediata. En nuestra escena se indica claramente el daño que se quiere causar mencionándose las distintas partes del cuerpo. De hecho, no era extraño que fueran acompañadas de figurillas antropomorfas en donde se señalaba el mal corporal o que se dibujaran directamente sobre el plomo, como se hace en el video. En la imagen que aquí se adjunta se puede observar una tablilla real conservada en el Museo de Bolonia muy parecida a la de la escena.

 

 

El nombre de las víctimas solían ser también especificado, muchas veces escrito de derecha a izquierda y también de forma repetida, para que no hubiera confusión alguna. Como escuchamos, en este caso el mal se dirige hacia dos personajes históricos bien conocidos: Cayo Julio César, así como su sobrina, Atia. Lo que se busca es la venganza, un motivo que parece intrínseco a la humanidad; no obstante, en el conjunto de tablillas los motivos más habituales suelen ser conseguir el amor de alguien, el daño al ladrón, el mal para los acusadores en un juicio, así como evitar la victoria de los contrincantes en el campo deportivo o incluso el político.

Los dioses a los que se solicitaba que obraran el daño eran los del inframundo. En la escena, en principio se hace alusión a los dioses familiares, algo extraño en este tipo de rituales, pero más tarde se enuncian los nombres de Tique —divinidad que decidía cuál era la suerte de cualquier mortal—, Megera —una de las tres Erinias que personifican el castigo y la venganza— y Némesis —la venganza—. Se trata de divinidades más o menos conocidas del mundo griego, aunque la realidad era que muchos de los entes divinos que se mencionan en las tablillas, en especial las del occidente romano, son totalmente desconocidos para nosotros.

Concluida la inscripción, la tablilla de plomo se doblaba y muy frecuentemente se atravesaba con un clavo, pues de hecho defixere significa clavar; en realidad, este acto vinculaba la maldición con la víctima. Más tarde se enterraba o se escondía en lugares en donde no pudieran ser encontradas, pues de lo contrario el sortilegio podía ser deshecho. En este fragmento de la serie que aquí exponemos se esconde en los muros exteriores de las propias casas de los individuos hacia la que se quiere lanzar la maldición, pero en realidad este mal de ojo no requiere la cercanía, sino que la petición llegue a los seres del inframundo, por ello solían ser enterradas o se arrojaban a ríos, lagos y pozos; tampoco era raro depositarlas en tumbas de recién fallecidos, quienes se convertían en mensajeros, especialmente cuando los finados habían abandonado el mundo de los vivos antes de hora: muertes violentas, ajusticiados, suicidios.

Propuesta
Este fragmento se puede utilizar para que el alumno deduzca lo que está sucediendo:
-¿Cuál es la acción que se está llevando a cabo?
-¿A qué dioses se invoca?
-¿Qué se solicita?
-¿Contra quiénes?

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